ETAPA 6


04 de Junio de 2015

ETAPA 6

MANSILLA DE LAS MULAS - MOLINASECA

120 Km.

“Solo hay que mirar atrás para ver lo lejos que se ha llegado”



A pesar de haber dormido solo en una habitación sin ruidos, mi cuerpo está acostumbrado a madrugar  y me tiro muy pronto de la cama. La sensación es extraña. No hay movimiento de mochilas, ni idas y vueltas de peregrinos, ni desayunos masivos. Todo es mucho más tranquilo. Echo en falta el ambiente de los peregrinos y el bullicio de los albergues.

Después del desayuno, monto las alforjas y estiro mi cuerpo agarrotado de toda la noche. Hoy tengo una bonita etapa, larga pero con final muy duro. Son las 7:15 de la mañana, dejo el Hostal y empiezo mi sexto día.

LA RUTA:


Siempre es la misma rutina por la mañanas, pero me alegra adelantar a los peregrinos cargados con sus mochilas y desearnos mutuamente "un buen camino". De esta forma abandono Mansilla de las Mulas. Voy atravesando pequeños pueblos que no tienen gran encanto y me aproximo a una gran ciudad, León.

Voy recordando los problemas para localizar las señales al pasar por Burgos; y como no quiero que me vuelva a suceder, intentaré seguirlas escrupulosamente, aunque tenga que trepar paredes.

Cuando entro en las primeras viviendas de sus afueras, veo que las señales están situadas en la acera de la izquierda. Es muy pronto, no hay peatones. Me subo a la acera y las voy siguiendo. Me van dirigiendo hasta el casco antiguo. Compruebo que si no me hubiera subido a la acera y hubiese rodado según el sentido de circulación de las calles, me habría perdido. Las señales sobre las aceras (farolas, paredes, árboles) me llevan por calles de un solo sentido, siendo el contrario a la circulación.

Llego al casco histórico y veo a mi derecha parte de las antiguas murallas. Sigo de frente y no pierdo las flechas amarillas. De esta forma llego a la Plaza de San Marcelo, y me detengo frente a una precioso edificio que es la sede central de Caja España, La Casa Botines; y me siento a contemplarla junto a un simpático leones que me encuentro sentado en un banco.






Casa Botines





A mi derecha, está el Palacio de los Guzmanes haciendo esquina con la calle Ancha. Subo por ella; las flechas pintadas han desaparecido y las señales son vieiras de bronce en el suelo. Tras pocos metros, llego a la Plaza de Regla y me planto frente a la Catedral de León. Son las 08:30 horas.

Catedral de León




Algunos turistas y peregrinos somos los únicos que paseamos a estas horas junto a la Catedral. Voy a intentar salir de León antes de que la zona se masifique. Frente a la fachada de la Catedral vuelvo a ver flechas amarillas. Las sigo. Por pequeñas calles, llego a la Plaza de San Isidoro en donde encuentro el Palacio de Justicia y la Basílica de San Isidoro.


Basílica de San Isidoro

Continuo pedaleando por algunas calles y, sobre todo, por las aceras. Si dejo de ver las flechas, me perderé. Vuelvo a ir por calles de un único sentido. Muchos semáforos y mucha gente por las aceras hacen que en algunos tramos tenga que bajarme de la bici. Pero, salvo estas pequeñas complicaciones, llego hasta el Parador Hostal San Marcos en la Plaza de San Marcos, junto al Río Bernesga, que en breve, tendré que cruzar.



Parador Hostal San Marcos



Cruzo el puente sobre el río y me dispongo a abandonar la ciudad. Voy siguiendo las indicaciones hacia la Virgen del Camino. Paso junto a varias carreteras y tras pasar por un túnel bajo una de ellas, veo una flecha que me indica a la derecha. Llevo muchos kilómetros recorridos y muchas indicaciones vistas, pero hay algo que no me cuadra. Un lugareño se me aproxima y me indica que no haga caso a esa señal, que debo ir hacia la izquierda; y un poco más abajo, volveré a pasar por debajo de la carretera y veré de nuevo las flechas. Así lo hago, camino un rato junto a este amable leonés y tras pasar por el mencionado túnel, me despido. A las afueras de León, paro a tomarme mi segundo desayuno. Son las 10:00 horas.

Reanudo la marcha y el Camino me hace pasar por varios pueblos tranquilos (Chozas de Abajo, Villar de Mazarife, Villavante), y por grandes extensiones de terrenos de cultivos. En poco tiempo llego a un precioso pueblo Hospital de Órbigo. El Puente del Passo Honroso, sus calles empedradas, sus edificaciones, y su decoración medieval (están en fiestas) hace que me detenga un rato para disfrutar de este lugar.


Puente del Passo Honroso

Hospital de Orbigo





Salgo de este precioso pueblo y pedaleo unos kilómetros paralelo a la N-120 hasta San Justo de la Vega. Paso este último pueblo y desde un alto, observo una de las localidades mas bonitas de la etapa de hoy, Astorga.



Astorga


Después de recorrer una rápida bajada, me planto frente a una gran y alta pasarela que facilita el paso sobre las vías del tren y evita sus catenarias. Y tras ella, entro en la ciudad.





 Tengo que ascender por una empinada cuesta hasta llegar junto a la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga (me llevo de recuerdo su sello). Pedaleo hasta la Plaza de España y sigo llevándome fotos de recuerdo.




Plaza España, Ayuntamiento (Astorga)


Uno de los aspectos que mas me están llamando la atención de viajar en bicicleta es la facilidad y rapidez para ver las ciudades. La comodidad de acceder por calles peatonales y de detenerte donde más te guste. Voy recorriendo bellas calles de Astorga y me planto frente a un majestuoso edificio, el Palacio de Gaudi, museo de los caminos


Palacio de Gaudí




Pero no todo tiene que ser positivo al viajar solo en bicicleta. No puedes entrar en muchos lugares por tener que abandonar la bicicleta. No disponen de sitios protegidos para dejarlas. Por eso, el tiempo de estancia en las localidades no es muy largo. Pero el Camino me está descubriendo ciudades que no conocía y que, probablemente, vuelva a visitar. 

Junto al Palacio de Gaudí está la Catedral de Santa María, otro esplendoroso edificio que "me llevo" de recuerdo.


Catedral de Santa María (Astorga)





Dejo Astorga llevándome un buen recuerdo. Se acerca la hora de comer y hacerlo antes de llegar a una de las dos ascensiones más fuertes de todo el Camino, Foncebadón y la Cruz del Ferro.

Decido parar en un pueblecito llamado Murias de Rechivaldo, y elijo una pequeña y solitaria terraza antes de salir del pueblo. Son las 13:15 horas y prefiero comer con tiempo antes de empezar el fuerte ascenso. El Mesón El Llar, regentado por una amabilísima mujer, que me deleita con una variedad de comida casera con vino del Bierzo. Estoy en la Comarca de la Maragatería, pero ¿quien se atreve a meterse un cocido maragato con el subidón que espera a pocos kilómetros?.





     

        Con más peso en el estómago del que esperaba, reanudo la marcha. Al pasar por Santa Catalina ruedo unos cuantos kilómetros con un grupo de cicloturistas muy bien organizado. Seis montan y un séptimo conduce una furgoneta con todo el peso de las mochilas. Se intercambian por la mañana y por la tarde. son de Guipúzcoa y llevan muchos años haciendo grandes rutas. Después de unos cuantos kilómetros mis alforjas me dicen que no puedo seguir su ritmo.

Paso por la localidad de El Ganso y voy notando que el desnivel empieza a ascender. Hasta ahora la etapa ha sido muy llana, pero queda poco para empezar a sufrir. Llego a Rabanal del Camino y va a empezar la subida de 8,5 kilómetros para alcanzar una cota de 1500 m. Ya llevo 89 kilómetros recorridos; buena distancia para finalizar una etapa, pero me parece muy cruel dejarme esta tachuela para empezar el día siguiente. Me refresco en la fuente, renuevo el agua de las botellas  y empiezo a subir por la carretera LE-142 en vez de hacerlo por el camino, pero mi cuerpo ya lleva muchos kilómetros y voy a intentar llegar a Molinaseca.

El ascenso es templado con una subida constante sin sombra alguna. La vegetación es de monte bajo, muy verde pero sin zona donde protegerte del sol. Hace calor en los primeros kilómetros. Las ruedas se van pegando cada vez más al asfalto y tengo que recurrir al plato pequeño. Voy consumiendo mucha agua, pero a falta de tres kilómetros veo una alberca con un buen caño de agua a mi derecha, justo por donde llega el sendero del camino original y veo llegar a varias peregrinas cargadas con sus mochilas.

Me refresco y renuevo el agua de las botellas. ¡Qué maravilla de agua fresca!. Pero de repente escucho truenos. No me lo puedo creer. Miro por lo más alto que me deja el terreno y veo nubes negras y diviso algunos relámpagos.  Protejo rápidamente las alforjas y la bolsa del manillar y me coloco la chaqueta. No se si el camino me va a dirigir hacia las nubes, o me llevará lejos de ellas.

Sigo subiendo. Las nubes cada vez están más cerca, y los truenos no cesan. Realmente sobrecoge esta situación. El fuerte ruido de los truenos, el cielo negro, y no hay un solo lugar donde refugiarte. Además, me quedan dos kilómetros para llegar a las primeras edificaciones. 

Quizás fuera por el miedo a empaparme, pero antes de lo que preveía llego a Foncebadón. El cielo va abriendo, y las nubes se van alejando por mi derecha. Me entretengo lo justo para tirar unas fotos de recuerdo.




En Foncebadón no finaliza el ascenso. sigo subiendo y paso junto a la zona de albergues, aunque no entro en el pueblo. Pasan ya de las 16:30 y sigo con mi planteamiento inicial. Subir un poco más y dejarme caer hasta Molinaseca. Cuanto más subo, mejores vistas me encuentro, y tengo que volver a parar.




Pensé que el último tramo me iba a resultar muy duro, pero mantengo el plato pequeño y despacio voy cubriendo los últimos metros de la subida hasta llegar a la Cruz del Ferro. He llegado a los 1504 metros de altitud. El suelo está mojado. Me he librado de la lluvia. Veo la cruz y toda su base es un montículo de piedras. Al parecer, se ha convertido en costumbre traer una piedra desde casa y depositarla junto a la cruz para, entre otras cosas, pedir protección en el viaje, por una promesa, o simbólicamente para depositar el peso o las cosas negativas que nos acompañan. No creo en estas cosas y no lo hago. Creo que todas estas "costumbres" lo único que hacen es modificar el bello paisaje de este lugar. Algo parecido ocurre con los candados en las pasarelas de los puentes. Generan problemas y rompen la estética del lugar.



Cruz del Ferro



La ascensión ha terminado. Ha sido dura pero superable. En estas subidas largas tienes que alejar la mente del gran esfuerzo que supone el pedaleo. Tienes que dejare de pensar en la forma de pegarse las ruedas al asfalto y de la gran distancia que te queda para coronar. En esos momentos mentalmente buscas momentos positivos, piensas en tu familia, en amigos que empujan tu bici y te ayudan a subir, en cualquier cosa para no caer rendido a la debilidad. Cuando llegas a la cima te enorgullece comprobar como has superado este reto. Pero ahora toca bajar.

Tengo casi 20 kilómetros de una fuerte y serpenteante bajada. Si el paisaje de la subida ha sido bonito, la bajada es espectacular. Pero es tal el riesgo que tiene por la alta velocidad que adquiere la bicicleta, que no puedes perder la concentración y dedicarte a admirar el paisaje. Las curvas se suceden y los frenos se calientan. Son 20 kilómetros en los que las manos acaban doliéndote de tanto frenar. Llega un momento que deseas que acabe cuanto antes. Pero con paciencia, la bajada llega a su fin. No sin antes pasar por algún pueblo con mucho encanto, como El Acebo de San Miguel.



El Acebo de San Miguel



Llego a Molinaseca. Tengo que atravesar todo el pueblo para llegar a mi destino. El Albergue de hoy se llama Santa Marina. Debo de ser el último peregrino en llegar. El encargado me está esperando y cuando voy a entrar ¡¡¡sorpresa!!!. Oigo unas voces conocidas. Paco, Javi y Pedro. Los ciclistas a los que les di agua en Roncesvalles; los ciclistas que me encontré en Logroño y con los que me fui a cenar. ¡¡¡Qué casualidad!!!



Albergue Santa Marina


Me registro e inicio el protocolo de todos los días: limpiar la bici, estiramientos, ducha y "la colada". Después, ceno pronto; y con Paco, Javi y Pedro planificamos como será la etapa de mañana. Una etapa parecida a la de hoy, con un final de vértigo. Nos planteamos  reservar un albergue en Triacastela y vernos allí. Tras un buen rato charlando, cerramos el día y nos retiramos a descansar. Hoy ha sido un día duro, el cuentakilómetros marcó 120 kilómetros con un final espectacular. Noto las piernas recargadas; pero mañana será aún peor, porque toca subir O'Cebreiro


FACEBOOK


Los aficionados al tenis dirían que hoy le he hecho un set en blanco al Camino. Seis etapas y la de hoy, para recordar, por su durísimo final.

Con la moral por las nubes muy pronto empecé a pedalear. Es curioso, pero las primeras horas te las pasas adelantando y saludando a los peregrinos. A lo largo del día sigue sucediendo, pero los intervalos son mayores. Muy pronto llegué a León. Que rápido se ven las cosas sobre una bici. Impresionante Catedral. No paras de hacer fotos desde que llegas. 

El recorrido de hoy empieza muy llano. Localidades de tremenda belleza las paso y me llevo algunas imágenes de recuerdo. Astorga (preciosa), Hospital de Órbigo, y un sin fin de pueblecitos con mucho encanto. Pero cuando viajas en bici no puedes estar parando constantemente. Los días se acaban. Los peregrinos que van andando fotografían todo.

Duro dilema el que se plantea cuando, a punto de acabar, tienes un gran puerto que llega a los 1500 m de altitud (Foncebadón). Si finalizas antes de subir, al día siguiente empiezas subiendo. Por eso hoy ha sido un día agotador. Todo empiezas en un mesoncito en Murias, en donde la mesonera te pone una degustación para subir el puerto. Vino bien, pero en esos momentos buscas cualquier ayuda imaginaria para que te empuje. Sirve para quitar presión en la ascensión. Antes de coronar la primera parte, la cumbre me espera con truenos y relámpagos. Aseguro que impone bastante. Cuando finalizo toda la ascensión, veo todo empapado y yo seco. He tenido suerte.

Siempre digo que todo esfuerzo tiene su recompensa; y el de hoy, me ha regalado unas preciosas vistas de las cumbres de la montaña. Además, una tremenda bajada de 19 km.

Como hice ayer, abrí el cuenta-kilómetros y me sorprendo al ver 117 km.
El cuerpo va muy bien cuando va en caliente, pero se nota el agotamiento muscular. Mi culo ya no me habla, y no quiero pensar en él. 

Un gran día. Mañana entro en Galicia. Y la jornada será muy parecida a la de hoy. Toca O Cebreiro y el alto del Poio.

Tengo que descansar.



FACEBOOK: GRUPO BICIGRINO


Hoy ha sido uno de esos días en los que es difícil programar la etapa. Cuando dispones de muchos días el asunto se vuelve más fácil. Me explico.

Salí de Mansilla de las Mulas y sabía que uno de los puertos importantes estaba relativamente próximo. Y es en ese momento cuando te planteas donde finalizar la etapa: antes o después de la subida a Foncebadón y la Cruz de Hierro.

Como no me gusta empezar el día con una tachuela como esa, decido subir y finalizar en Molinaseca.

Eso ha hecho que finalice con una paliza de 117 km. Pero el disfrute visual no tiene precio. Es espectacular por su dureza y por sus vistas. Como al principio de la subida llevaba 89 km, decido hacerla por carretera (me estoy haciendo mayor). En la.cumbre llovió, pero me libré. La bajada es espectacular (por carretera). Hay que ir bien de frenos y con mucho cuidado. Por eso, la única foto que dejo es mi llegada a Foncebadón.

Pero antes de finalizar quería comentar algo sobre León. Ni he tenido problemas al entrar ni al salir. He seguido las flechas que han ido guiando sobre las aceras del margen izquierdo de las aceras. Y recomiendo hacerlo porque muchas de las calles son de sentido único y contrario al tuyo. Con respeto y prudencia. Lo pase a primera hora y había poca gente. Las flechas  desaparecen al llegar a la plaza de un precioso edificio que la sede Central de Caja España. Hay que coger la calle de la derecha que sube a la catedral y tiene conchas en el suelo. Frente a la puerta principal, vuelven las flechas y a seguir por aceras.
Otra cosa. 

Cuando sales de León y de la Virgen del Camino, hay un momento que pasan por un pequeño túnel bajo una carretera. Hay flechas que indican a la derecha. No son la buenas. Girar a la izquierda, pasareis junto a una granja de ovejas y volveréis a pasar por otro túnel en donde vuelven las flechas buenas.

Mañana tengo el mismo problema al final de la etapa. Finalizaré pasado O Cebreiro y el Alto del Poio. Pero ya estaré en Galicia.





DATOS DEL RECORRIDO:

Total kilómetros: 120
Tiempo total invertido: 10 h 42' 14'' 
Tiempo en movimiento: 7 h 45' 47''
Tiempo detenido: 2 h 56' 59''
Velocidad media en movimiento: 15,5 km/h
Velocidad máxima: 59 km/h
Desnivel acumulado ascendiendo: 1415 m.
Desnivel acumulado descendiendo: 1564 m.
Altitud máxima: 1509 m.
Altitud mínima: 612 m.



PERFIL ALTIMÉTRICO





PLANO DE LA ETAPA




3 comentarios:

  1. Hola Gerardo. He llegado a tu blog desde el foro bicigrino y quiero darte la enhorabuena por lo bien que lo cuentas y por todos los recuerdos que me vienen a la cabeza. Voy a seguir ahora mismo con las etapas que me quedan ;)
    Tenía pensado comentarte algo al final, pero me he decidido a hacerlo ahora para contarte que el señor del banco de León junto al que te fotografiaste, no es un señor leonés, es Gaudí.
    Espero que tengas muchos buenos caminos.

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    1. Gracias por la puntualización. Debí haberme informado un poco más, pero no vi información junto a la estatua.
      Saludos

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    2. Nada hombre, para eso estamos. Lo dicho: Enhorabuena por el blog.

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